Cada vez que crecemos, tenemos menos amigos y me pregunto ¿por qué será?, ¿será que nos exigimos tanto y tenemos más pretensiones con nosotros mismos para ser mejores y alcanzar el éxito?. Y para la sociedad ¿el éxito es tener más dinero o más títulos o negocios o más y más de algo?, ¿será por eso que cada vez trabajamos más y disponemos de menos tiempo con nuestros amigos? o ¿serán que esas exigencias las reflejamos en los demás y cada vez bancamos menos a los otros?
Lo loco de esta idea es que cuando hablamos de “amigo”-por lo menos para mí- lo único que importa es su presencia, sencillamente por todo lo que hemos vivido con esa relación, porque eso que hemos tenido fue fuerte y significativo -y seguramente esas energías (porque los recuerdos son tantos que ya seguramente ni te los acordás)- las seguís atesorando a tal punto que no te importa qué logros tiene tu amigo, cuán exitoso es, qué título tiene o cuánto dinero ha ganado. Lo único que te importa y esperas de tu amigo es su escucha, su mirada, su entendimiento, su risa y su buena compañía.
Y vos ¿Qué esperas de vos? ¿Qué entendés por éxito? ¿Qué es lo que te hace feliz? ¿Tener más dinero, títulos, hacer negocios o escucharte, mirarte y entenderte? ¿Querés ser un buen amigo?
Entonces amigate con vos mismo porque sólo así, alguien te va a decir ¡Feliz Día amigo!
–